jueves, 5 de mayo de 2011

Bienvenidos a la portada de DiamanteCodorniz

Me llamo Luis Miguel y soy socio de Aviornis Ibérica. En mi aviario tengo distintos tipos de aves y de pájaros. Pero las tres especies con las que he podido criar de forma satisfactoria hasta el momento son la codorniz común, el diamante mandarín y el gorrión del Japón.




            Esta afición empezó hace trece años aproximadamente, cuando mis padres me regalaron en unas Navidades una pareja de diamantes mandarines. Poco después, me regalaron tres codornices para tenerlas en un pequeño corralillo. La incesante actividad reproductora de la pareja de diamantes mandarines, unida al éxito en la cría con las codornices, –una primavera me sacaron sin ayuda de incubadora una nidada de trece o catorce pollos–, fue motivo suficiente para proyectar la construcción de una pajarera exterior.

            La pajarera exterior, orientada hacia el mediodía y protegida del viento del norte por medio de una tapia, dispone de un amplio refugio donde las codornices y los pájaros se guarecen en los días de frío polar. Los nidos que se distribuyen a lo largo de la voladera son de cuatro tipos: naturales (fabricados completamente por los diamantes mandarines), de cazoleta, de plástico y casas de madera.


Actualmente, hay una población de diamantes mandarines de entre quince a veinte ejemplares. La mutación que he seleccionado de forma preferente en mi aviario es la pía o arlequinada, que procede de sucesivos apareamientos de ejemplares clásicos, brunos y blancos.

            Los gorriones del Japón o isabelitas son una adquisición del año pasado. Se han adaptado perfectamente a la pajarera. Este año han sacado su primera nidada en un nido construido por diamantes mandarines.

 
Dentro de la voladera, los diamantes mandarines conviven en armonía con otras especies tales como canarios y tórtolas diamante.